martes, 16 de marzo de 2010

Tuareg

TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO
entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a:MOUSSA AG ASSARID,


No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...! Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.

¡Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.

¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

¿Sí? No parece muy estimulante...

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...

¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

¡Un tuareg en la universidad. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí ... tenemos tiempo.

viernes, 12 de marzo de 2010

La Luz

Y se creó la luz, y con ella se generaron las formas y los espacios donde habita el hombre.


Al alba el creador* decidió poner una luz suave y colorida, para poco a poco estimular nuestros sentidos y despertarlos con hermosos colores.

Durante el día, el creador* nos dio toda intensidad de la luz para facilitar nuestras tareas e iluminar al máximo nuestras actividades cotidianas.

Al atardecer, el creador* decidió apagar la luz poco a poco, de forma ténue y progresiva, con colores cálidos, para que la transición al descanso no fuera brusca.

Y al anochecer, el creador* dejó únicamente la luz de la luna y las estrellas, plateada, a penas para moverse en la oscuridad, para favorecer nuestro descanso.

Entonces, si el creador* pensó la luz para acompañar nuestra actividad diaria , porqué el hombre es tan sumamente insensible que no sabe usar la luz para favorecer su bienestar?????

Si, hablo de las míticas lámparas fluorescentes instaladas en cualquier lugar que no sea la cocina. Ver una película con una fría y mortecina luz blanca fluorescente es de lo más comfortable. Hablo de las pobres habitaciones iluminadas por una triste bombilla de 35W en las que a penas se distingue el color de la pared.

No preferirías ver una película en un acogedor salón con luz cálida, ligeramente ténue para favorecer la atención en el film y el bienestar? No preferirías de esta misma forma leer un libro?

Alguien sabe el significado de regulador de intensidad? Si, justo, aquella ruedecita maravillosa que consigue regular la itensidad de luz de la estancia, un único punto de luz capaz de generar múltiples ambientes! wooow! oO_Oo

Alguien sabe el significado de temperatura de color? Si, justo, medida en grados Kelvin (ºK) la misma que diferencia una luz blanca de frigorífico con una luz cálida de vela, toda una gama de temperatura de color al servicio del usuario.

Así que por favor, revisa las lámparas de tu casa y adecúa cada una al uso del espacio, verás qué diferencia, y qué gran mejoría para tu bienestar! ^^

* El creador: Término empleado para definir quien o qué creó el mundo, cada uno que lo interprete según creencia (Dios, la evolución, etc.... o el Arquitecto para los seguidores de Matrix xD)

 
template by suckmylolly.com flower brushes by gvalkyrie.deviantart.com