Los días de lluvia siempre me resultan bucólicos. Son días para la introspección, para el reposo, la meditación. Son días para escribir, para leer. Pero sobre todo también son días para contemplar.
Me gusta en los días de lluvia salir al balcón, resguardarme del frío envuelta en una manta, con una taza de algo calentito y observar como llueve. Disfrutar del olor fresco, del murmullo de las gotas cayendo, de la atmósfera gris que todo lo envuelve.
¿Seré yo la única que se para a contemplarla? ¿Seré yo la única que además de ver la lluvia la mire, la saboree, la disfrute?
A veces pienso que la humanidad, o al menos la que vive a mi alrededor, perdió la capacidad de disfrutar de admirar la naturaleza, de disfrutar de las pequeñas cosas que nos regala cada día.
Hoy llueve.
0 comentarios:
Publicar un comentario